Comunicar o cantinflear
"Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y convertirse en algo más, entonces eres un líder”
- John Quincy Adams
Muchas veces nos preciamos de que al hablar somos muy precisos en los conceptos vertidos. Y esto en ocasiones puede no ser tan efectivo al querer transmitir nuestro mensaje. Los seres humanos aunque nos catalogamos de racionales, (algunos no lo somos tanto), somos más visuales. Las imágenes nos quedan más fijas en la mente que los conceptos.
En el programa de Toastmasters hay dos proyectos muy claros que nos permiten entender el comportamiento humano. Y si ven hábilmente los dos proyectos a que me refiero están inteligentemente situados en la secuencia del avance en el manual de comunicador competente uno al principio y el otro más adelante.
Uno de éstos proyectos es “Cómo decirlo” que es el número 4 y el otro a que me refiero es el proyecto 8, intitulado “Siéntete a gusto con las ayudas visuales”.
El número 4 nos demuestra que hay que apoyar nuestro dicho con un lenguaje que con el uso de recursos retóricos permita crear imágenes visuales que apoyen el mensaje.
El proyecto 8 se fundamenta en usar ayudas visuales adecuadas en calidad y cantidad para igualmente apoyar el mensaje.
Al desarrollar concienzudamente éstos dos proyectos nuestro mensaje podrá llegar y permanecer en nuestro público. Ya que frases apoyadas en imágenes, ya sean visuales o físicas, serán fácilmente recordadas que en ocasiones los conceptos abstractos.
La Retórica es la disciplina o el arte del bien decir, de dar al lenguaje hablado o escrito la capacidad de conmover, persuadir o deleitar.
¿Y quien no busca; conmover, persuadir o deleitar, ya sea al grupo de Toastmasters, a nuestros clientes, proveedores, jefes o subordinados?
Históricamente, la retórica tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía, como el “ars bene dicendi”, esto es, la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario (etimológicamente, la palabra es un helenismo que proviene del griego y significa “el arte del orador”.
Al estar hablando podemos referirnos a alguna situación y concretarnos con lo básico, pensando que el escucha no hay que aburrirle con detalles. Pero, si entendemos que nuestra condición, que nos hace retener fácilmente las imágenes, podremos aderezar nuestra plática sin sonar muy petulantes.
Veamos el siguiente ejemplo que compara la descripción de una imagen a varios niveles de descripción:
1.- Podemos ver una persona joven sentada en una barda que viste ropa informal.
2.- Podemos ver que un joven en apariencia pensativa ésta sentado de forma desenfadada sobre una barda que denota el paso del tiempo. Viste una playera descolorida, pero que en conjunto con sus pantalones de mezclilla no desentonan sino que lo hacen interesante.
3.- Podemos ver a un joven que está inmerso en sus pensamientos observando el paso de los peatones arrastrando sus pesadas cargas a sus destinos y deseando fervientemente que antes de llegar a lo mismo escaparía en medio de la noche, dejándolos olvidados en ese lugar ignoto. La barda donde está sentado muestra que el descuido y la indiferencia ha ocasionado el deterioro de la barda, y que pudiera haber sido una más de las vecindades que están en ese vecindario. Su vestimenta nos hace pensar que es un joven que ha escogido adecuadamente la combinación estética, ya que sus pantalones de mezclilla rotos y descoloridos hacen juego con la playera descolorida que tiene una impresión que hace referencia a un grupo de música de rock.
La retórica te puede permitir encontrar esa escondida necesidad de plasmar con detalle las ideas.
Al ver estos textos la pregunta pudiera ser ¿Querías transmitir un hecho brevemente o buscabas crear una imagen?
Hablar no solo es la articulación de palabras, sino es poder transmitir ideas adecuadamente a nuestra audiencia y no solo cantinflear.
La práctica te permitirá desarrollar el uso de la retórica, esa capacidad que a veces por el trabajo tan intenso, distancias tan largas de recorrido no nos damos el tiempo de aplicar.
Asiste a un club Toastmaster y mejora tus habilidades de comunicador.
Te reto a que continúes o amplíes este relato. Puede ser el inicio de una carrera de ese ignoto escritor que está esperando salir y convertirte en todo un gran comunicador.
Te atreverás?
- John Quincy Adams
Muchas veces nos preciamos de que al hablar somos muy precisos en los conceptos vertidos. Y esto en ocasiones puede no ser tan efectivo al querer transmitir nuestro mensaje. Los seres humanos aunque nos catalogamos de racionales, (algunos no lo somos tanto), somos más visuales. Las imágenes nos quedan más fijas en la mente que los conceptos.
En el programa de Toastmasters hay dos proyectos muy claros que nos permiten entender el comportamiento humano. Y si ven hábilmente los dos proyectos a que me refiero están inteligentemente situados en la secuencia del avance en el manual de comunicador competente uno al principio y el otro más adelante.
Uno de éstos proyectos es “Cómo decirlo” que es el número 4 y el otro a que me refiero es el proyecto 8, intitulado “Siéntete a gusto con las ayudas visuales”.
El número 4 nos demuestra que hay que apoyar nuestro dicho con un lenguaje que con el uso de recursos retóricos permita crear imágenes visuales que apoyen el mensaje.
El proyecto 8 se fundamenta en usar ayudas visuales adecuadas en calidad y cantidad para igualmente apoyar el mensaje.
Al desarrollar concienzudamente éstos dos proyectos nuestro mensaje podrá llegar y permanecer en nuestro público. Ya que frases apoyadas en imágenes, ya sean visuales o físicas, serán fácilmente recordadas que en ocasiones los conceptos abstractos.
La Retórica es la disciplina o el arte del bien decir, de dar al lenguaje hablado o escrito la capacidad de conmover, persuadir o deleitar.
¿Y quien no busca; conmover, persuadir o deleitar, ya sea al grupo de Toastmasters, a nuestros clientes, proveedores, jefes o subordinados?
Históricamente, la retórica tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía, como el “ars bene dicendi”, esto es, la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario (etimológicamente, la palabra es un helenismo que proviene del griego y significa “el arte del orador”.
Al estar hablando podemos referirnos a alguna situación y concretarnos con lo básico, pensando que el escucha no hay que aburrirle con detalles. Pero, si entendemos que nuestra condición, que nos hace retener fácilmente las imágenes, podremos aderezar nuestra plática sin sonar muy petulantes.
Veamos el siguiente ejemplo que compara la descripción de una imagen a varios niveles de descripción:
1.- Podemos ver una persona joven sentada en una barda que viste ropa informal.
2.- Podemos ver que un joven en apariencia pensativa ésta sentado de forma desenfadada sobre una barda que denota el paso del tiempo. Viste una playera descolorida, pero que en conjunto con sus pantalones de mezclilla no desentonan sino que lo hacen interesante.
3.- Podemos ver a un joven que está inmerso en sus pensamientos observando el paso de los peatones arrastrando sus pesadas cargas a sus destinos y deseando fervientemente que antes de llegar a lo mismo escaparía en medio de la noche, dejándolos olvidados en ese lugar ignoto. La barda donde está sentado muestra que el descuido y la indiferencia ha ocasionado el deterioro de la barda, y que pudiera haber sido una más de las vecindades que están en ese vecindario. Su vestimenta nos hace pensar que es un joven que ha escogido adecuadamente la combinación estética, ya que sus pantalones de mezclilla rotos y descoloridos hacen juego con la playera descolorida que tiene una impresión que hace referencia a un grupo de música de rock.
La retórica te puede permitir encontrar esa escondida necesidad de plasmar con detalle las ideas.
Al ver estos textos la pregunta pudiera ser ¿Querías transmitir un hecho brevemente o buscabas crear una imagen?
Hablar no solo es la articulación de palabras, sino es poder transmitir ideas adecuadamente a nuestra audiencia y no solo cantinflear.
La práctica te permitirá desarrollar el uso de la retórica, esa capacidad que a veces por el trabajo tan intenso, distancias tan largas de recorrido no nos damos el tiempo de aplicar.
Asiste a un club Toastmaster y mejora tus habilidades de comunicador.
Te reto a que continúes o amplíes este relato. Puede ser el inicio de una carrera de ese ignoto escritor que está esperando salir y convertirte en todo un gran comunicador.
Te atreverás?
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