No maten al mensajero.

"Nadie puede volver atrás y empezar un nuevo comienzo, pero cualquiera puede comenzar hoy mismo y hacer un nuevo final."
- Maria Robinson


Una de los eventos que más nos pueden ayudar a mejorar, corregir o rectificar. Es cuando alguien nos da su opinión de lo que percibe de nuestras acciones. Entonces escuchamos y tomaremos lo que creamos es más correcto y desecharemos aquellas que no comulguen con nuestro sentir. Esto continuamente  lo experimentamos en las evaluaciones de los proyectos en una sesión de Toastmasters, y que son la columna vertebral de las sesiones.

En la “vida real”, pocas veces hay una evaluación desinteresada.

Lo importante al emitir una opinión es que analicemos si ésta es, producto de un juicio o de un discernimiento de la escuchado. Los seres humanos siempre tenemos una opinión sobre como percibimos los hechos y frecuentemente la podemos emitir abiertamente aunque no siempre lo sabemos hacer. En Toastmasters es el escenario en que practicamos y  desarrollamos esa habilidad.

Lo complicado al hacer una evaluación es de no involucrar la parte emocional en lo que comentemos sino que sea objetiva y basada en un discernimiento de lo escuchado y no hacer un juicio. De igual forma, el evaluado debe de dejar a un lado sus emociones y permitir que se dé la evaluación, confiando en que sea objetiva.

En ocasiones no nos gusta ni oír ni dar noticias que puedan ser malas y evitamos darlas o agredimos al que las da. En la antigüedad hasta el emisario era sacrificado por traer las malas noticias.

Para evitar esos enfrentamientos, primero, debemos de reconocer que en esos momentos solo somos dos seres humanos que tienen dos trayectorias de vida diferentes y nuestras vivencias influirán la opinión de ese momento. Ante ese escenario, uno habla y la otra persona escucha confiando en que los comentarios sean con el propósito de señalar puntos buenos, puntos débiles y descubrir áreas de oportunidad.

Recientemente tuve que hacer una evaluación que resultó ser una de las más difíciles que he experimentado. Existían elementos emocionales que me unían con el orador y con parte de la audiencia. Mi mente decidió hacer la evaluación con muchos factores emocionales que al final no me permitieron discernir adecuadamente y dar  una evaluación adecuada en ese momento. Traté de “no dar malas noticias”, de proteger al orador, de no comprometer mi imagen ante la audiencia y señalar los puntos que me parecieron malos. Mi mente divagó buscando las formas más políticamente correctas para salir del paso.

Pude terminar la evaluación, pero al final no me sentí honesto con lo dicho públicamente y busqué al orador para hablar de lo observado que no me pareció. Mi amigo lo agradeció y concluí que lo que esperaba de mí era que hiciera la evaluación libre de prejuicios y objetiva.

En Toastmasters al igual que trabajas en mejorar tu habilidad de orador, te permite, al evaluar proyectos,  desarrollar habilidades de liderazgo, ya que en ese momento debes de separar los juicios que resulten de le emoción del momento y entonces discernir. El discernimiento implica hacer un análisis racional y lógico. En éste caso es de enfocarse principalmente en los objetivos indicados en el manual del proyecto y separar los juicios de las emociones personales.

Acompáñanos a practicar y mejorar esa habilidad de liderazgo que es evaluar, ya que solo así podrás ayudar a los compañero y miembros de tus equipos de trabajo a saber si están desempeñando las funciones y objetivos buscados y señalando las áreas de oportunidad en que deben de trabajar, sin temor a ser juzgadas.

No eres el malo de la película al señalar lo que a tu criterio sean los puntos a mejorar, errores u omisiones al evaluar un proyecto. Ayúdanos a mejorar con tu opinión.

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