Todo el mundo es deficiente.

“Si quieres que hable durante una hora, estoy listo hoy. Si quieres que hable durante unos minutos necesitaré unas semanas para prepararme.”
- Mark Twain

Todo el mundo es deficiente.

Vivimos en una sociedad donde frecuentemente somos señalados por nuestras características, y nos tratamos de clasificar y encuadrarnos en grupos para poder entender lo que somos y nos sentimos. Lo malo es que en ocasiones somos tan impulsivos que a las primeras de cambio queremos clasificar a la persona y la primera impresión es la que nos llevamos y de ahí nos seguimos clasificando a todos.

La primera impresión es que damos muy importante y en ocasiones puede ser definitiva o suficiente para que nos cataloguen y nos traten en cierta forma por nuestros interlocutores. Donde más se ve la importancia puede ser en una entrevista de trabajo y cuando nos presentamos ante un grupo. En ocasiones lo hacemos descuidadamente que la percepción de las personas puede ser una distinta a la que queremos que se tengan de uno.

La práctica hace al maestro, y en una sesión de Toastmasters, tenemos la oportunidad de practicar a enfrentarnos a situaciones diversas en que podamos reaccionar y controlar o manipular el resultado final. En inglés existe la frase, “Fake it ‘till you make it.”, una frase que puede traducirse como “Fíngelo hasta que lo consigas, o “Fíngelo hasta que lo seas”.

Y no es que generalmente busquemos engañar a las personas para aparentar lo que no somos. Existen personas que buscan encajar en grupos de personas que tienen mucho dinero y si queremos aparentar que tenemos esos recursos, finalmente llegará el momento en que sea necesario demostrarlo y la verdad saldrá a relucir y por más que aparentemos, los recursos no podrán aparecer.  Existen muchas otras situaciones que por falta de preparación y oportunidad o por no haber podido desarrollar o aprendido ciertas actitudes, nos comportamos como nuestro razonamiento nos indica. La prueba y error nos lleva y nos limita.

La percepción de los otros es simplemente eso; su percepción. Y pueden clasificarnos y catalogarnos por un corto momento de interacción que tuvimos. Y en un momento en que estábamos desvelados, enfermos, incomodos, preocupados o afectados por algún evento. La respuesta que damos marca un momento en que nos catalogan. Esa primera percepción que tuvieron puede ser definitiva y no puede no haber manera de corregir.

No te pido que seas otra persona que eres, ni que trates engañar a las personas. Lo que busco es que trabajemos en poder mantener ese sentimiento de alerta para cuando estemos ante alguien. En una sesión de Toastmasters tenemos la oportunidad de ejercitarnos para mejorar con practica constante y sobre todo con retroalimentación de amigos. Cuando llegas a un club e inicias el programa, te comportas como no como eres, sino cómo crees que debes de comportarte. Al presentar y escuchar proyectos, vas encontrando que puedes ser momentáneamente otra persona. Cuantas ocasiones hemos sido testigos de amigos que al inicio se expresan con tanto miedo, poco contacto visual, en un mensaje con poca estructura y deficiente movimiento corporal. Después de varios discursos invariablemente sucede el cambio. Te vas dando cuenta de que puedes cambiar y vas adquiriendo habilidades que no creías tener y te terminas acostumbrando a aplicarlas en todo momento.

Todos somos deficientes en algún área, pero solo si tratamos y aceptamos embarcarnos en un compromiso como lo que ofrece Toastmasters, podrás cambiar tu forma de comportarte y actuar. Mejora tu mensaje y estilo, asistiendo y participando en un club, lo único que te pido es que me ayudes también, y en ocasiones yo esté en el escenario, me des tus comentarios honestos y señales la forma en que pudiera mejorar. Vamos a intentarlo juntos y ejercitarnos para sacar la mejor versión de nosotros hasta que sea parte de nosotros.

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